viernes, 4 de septiembre de 2015

Podría contar otra historia

Cómo le gustaría ahorrar unos pocos de esos centavos que consigue regalando amor para comprarse esa máquina de escribir azul. Ésa que ve cada día al pasear por el mercado en busca de algún corazón despistado que necesita reparación. Y escribiría en ella muchas historias. Pero no esas historias tristes de los que han pasado por su vida como un suspiro, no hablaría de las penas y lamentos de quienes le han suplicado unos minutos de atención. 
No, ella contaría su historia, la de ellos. La de los jueves de mercado que podrían haber tenido, la de los domingos entre las sábanas de algodón que podrían haber tenido, la de los martes de lluvia junto a la chimenea que podrían haber tenido, la de los besos que  bajo el manzano podrían haberse dado, la de los te quieros que podrían haber lanzado al mar. 

Y sería una historia con un final feliz, uno de esos que sólo ocurren en las películas.

Pero decidió bajarse del tren y se perdió todos esos podrían.